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miércoles, noviembre 16, 2005

Los Fundamentalistas Del Aire Acondicionado en el Estadio Unico de La Plata

Misa en La Plata



Tras cuatro años de ausencia de los escenarios, el Indio Solari se presentó ante casi noventa mil personas en el Estadio Único con dos funciones que revivieron aquellas misas ricoteras de antaño. Nos fuimos hasta la ciudad de las diagonales y acá te contamos todo lo que pasó allí.



Muchas eran las expectativas. Pero también eran diferentes. Algunos íbamos a revivir lo que sentíamos cada vez que tocaban Los Redondos. Otros iban a ver por primera vez al Indio sobre el escenario. En esa mezcla estábamos los que nos juntamos en una casa del barrio de Caballito. Asado, vino, cerveza y demases de por medio arrancamos para la ciudad de La Plata en dos coches (tras el faltazo que pegó una combi en la que íbamos a ir) cargados de botellas para amenizar el viaje.



En la autopista fuimos cruzando coches ricoteros. Algunos se hacían más visibles por tener los trapos al viento. Otros no los tenían, pero cada coche con varios ocupantes era observado y las miradas cómplices se dejaban ver. “Si, nosotros también vamos a ver al Indio”. Una vez que estábamos relativamente cerca del estadio, la misión era comprar algunas bebidas más. Así, un almacén se transformo en parada obligada de todos los que pasaban. Ya el sol se había ocultado cuando entramos al bellísimo estadio único. Los trapos adornaban todo el lugar y como sucedía antaño, se podían leer los puntos más diversos del país. Por fin, de repente se apagaron las luces y la marea humana se sacude de forma violenta. Todo estaba listo. Ya estaba por comenzar.



“Damas y caballeros... Los Fundamentalistas Del Aire Acondicionado” fue la frase que introdujo a la banda, milésimas antes de que comenzaran a tocar “Nike es la cultura”. Ya sin los problemas de sonido que se sucedieron en la jornada del sábado. Del disco solista siguieron “Amnesia” y “Tomasito podés verme? Podés oirme?”, antes de que llegara el primer clásico ricotero: “Un ángel para tu soledad”. “Preso de tu ilusión, vas a bailar...” Y vaya que la gente bailó. Algunos iban adelante, a tenerlo cerca, cueste lo que cueste. Otros se emocionaban desde los costados o ubicados en la parte trasera. Pero todos cantaban. Acompañaban los temas de “El Tesoro De Los Inocentes” como “El lobo caído”, “La piba del Blockbuster” (con Deborah Dixon en las voces), “Mi caramel machiato” o el que le da nombre a la placa, pero explotaron al sonar los próximos temas redondos: “Yo, Caníbal” y “Ropa sucia”, con el que el grupo se retiró del escenario por primera vez.



La vuelta sería con otra gema de PR, “Fuegos de oktubre” que demás esta decir fue entonada por las casi 50000 personas. Siguieron “Tsunami” y “Adieu, Bye Bye! Aufwiedersehen! ” (el único cambio con respecto a la lista del día anterior, en el que en ese lugar habían tocado “Ciudad Baigon”), antes de “Shoping-Disco-Zen”, “Héroe del Whisky” y “Nueva Roma”. “To beef or not to beef” precedió a “Pabellón séptimo (relato de Horacio)”, en la que el Indio se refirió a los malos tratos que se reciben en las cárceles. Se acercaba un nuevo cierre, un nuevo párate, pero para despedirse con el estadio al taco tocaron “El Pibe de los Astilleros” y “Juguetes Perdidos”.



“Vamos a milonguear un rato” dijo el Indio antes de comenzar a tocar “El charro chino” de su placa, con una bola de espejos sobre el escenario y un estribillo mas que pegadizo (“Ya es tarde, muy tarde, amor, mi amor”) que fue coreado por todos los presentes. La jornada anterior había hablado sobre que quizás en esta fecha habría algún invitado y algunos esperaban/pedian/rezaban por Skay, pero no fue así. Sergio Dawi fue quien subió junto a su saxo para sumarse a Los Fundamentalistas... para hacer “Susanita” y “Un poco de amor francés”. Ya el Indio comenzaba a despedirse, pero había un final que todos sabíamos que llegaría y de que manera lo aria. Con “Tarea fina” volvería a despedirse del escenario, para volver minutos después y, con las luces del estadio prendidas como para que todos vean “el pogo mas grande del mundo”, cerrar la noche con “Jijiji”.



La espera en algún punto de encuentro para el que quedo rezagado, la caminata entre vendedores de bebida, comida, remeras y posters, la peregrinación bajando por la Avenida 32. El embotellamiento y las caras de cansancio de la gente. El agite de esos que nunca paran y algún stereo a full con canciones de los Redondos son algunas de las ultimas imágenes que vemos antes de despedirnos de la ciudad de La Plata. En Baires nos espera un bar donde ir a cenar y como si la noche no quisiera terminar jamás, allí nos esperan algunas remeras con obvia procedencia y de fondo suena Patricio Rey...



Aníbal Levaggi
anibal.levaggi@gmail.com