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domingo, mayo 27, 2007

El túnel del tiempo...

El pasado fin de semana The Roxy Club se convirtió en un punto de encuentro donde jóvenes de cualquier decada y estadío se dieron cita para compartir juntos buena música, interesantes seminarios, polémicos debates y excelentes exposiciones. ¿Por qué? Porque allí se realizó el Festival 40 años de Rock Argentino. Que no es poca cosa, che!

Siempre que hay un cumpleaños familiar, el agasajado espera a todos en su casa, aburrido hasta que llega el primero, que encima queda mal por ser el ¡primero! Y catalogado de aburrido por ese primo polvorita que nunca falta... Pero bueno, la gran familia del rock concurrió al festejo de la llegada de las cuatro décadas (no confundir con las de la señora del tema de Arjona) y se vivieron momentos que quedarán en el recuerdo de los presentes.

Uno seguramente será el de la primera de las fechas, cuando sobre el escenario se juntaron La Superbanda con David Lebón, antes tocó Moris y el cierre fue con Spinetta. Una panzada de buen rock para aquellos a los que las chapas se le volaron hace rato y que concurrieron con la excusa de “llevar al nene a ver”... Así en los momentos de baladas y temas lentos, convivieron el encendedor del padre, con la pantallita color del celular último modelo del nene, que miraba con cara de “¿papá, como prendes eso?”. Y hablando de prender... Ver las caras de muchos de los presentes cuando se encendieron las sirenas de emergencia del lugar fue más que interesante. Nadie se movió de su lugar. Todos inmóviles frente a un peligro, que no por no existir se vuelve menos peligroso.

Las jornadas 2 y 3 se fueron terminando entre bandas independientes y del interior, que se foguearon en un escenario importante en la Capital Federal como es el de The Roxy Club, y de paso sumaban algún billete vendiendo discos o alguna persona para su próximo recital. Pero en estos días lo interesante pasó en el lugar donde se hacían las charlas. Allí, el viernes por ejemplo, diferentes personalidades de la cultura, la música y los organismos del estado debatían sobre el rock post Cromañon. Y allí piso fuerte la voz de Luci, propietario del Marquee, lugar cerrado varias veces por el gobierno y de Diego Abrego, músico que va a juicio en breve por organizar un show en una plaza.

El cierre era otra de las sorpresas que había preparadas. Aunque al final todo terminó con gusto a poco. Correctos tributos a Tanguito por Antonio Birabent, a Miguel Abuelo por Dani Umpi, Pangaro y Gustavo Bazterrica, a Sumo por una banda under y a Pappo por su hijo, dejaron en claro que se necesitaba un cierre más “imponente” para el festival.

Tras lo que fue el festejo por los 30 años del rock en el Centro Municipal de Exposiciones, uno esperaba que en esta oportunidad hubiera muchas sorpresas, que no hubo. Una lastima. Después de todo, 20 años no es nada, pero 40 es mucho. Y merecían más que alguna vela encendida entre el público...