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jueves, agosto 18, 2005

Festival Por Un Frente 100 % de Izquierda

Entre la música y la política



El sábado comenzaría bastante temprano, ya que a partir de las 14:30hs en Barrancas Belgrano se iba a realizar un festival que en un principio iba a ser organizado por el M.U.R. (Músicos Unidos por el Rock) pero que finalmente trastocó todo en un acto político. Así fue como cuando llegamos se veían muuuchas banderas del Partido Obrero y sobre el escenario una con la consigna del festival: “Por un frente 100 X 100 de Izquierda”.



“Jugo de tomate frío” estaba sonando en el momento en que llegaba, en los instrumentos de una banda de la que jamás supe el nombre. Luego llegaría Engranaje, banda que según parece tiene mucha historia ya que según cuentan ellos se armó “en el 69 con Pappo”. En la viola estaba el “Bocón” Frascino, integrante de Pescado Rabioso, banda de la que hicieron algunas canciones sobre el final de su set. Luego vendría otro histórico, al que no pude ver ya que me retiré hacía un cyber a chequear mails y a buscar algo para tomar. Al retornar a la plaza, Javier Martinez estaba en el escenario haciendo rock del bueno. Fueron muchos temas propios y alguno apelando a la memoria, como “Una casa con diez pinos” o “Avellaneda Blues”.



Pasado el bloque de “grandes figuras del rock nacional” llegarían los tres actos finales de la noche. Como tuve que ir a conectarme (prometí ir a escuchar online el programa de radio de una amiga. Aprovecho pal chivo: Fem Rock, sábados de 20 a 21 por Radio Palermo 99.5), me perdí algunas canciones de Un Kuartito, pero por suerte pude ver poco más de la mitad de su show, que fue muy bueno y levantó mucho a la gente, que ya rondaba las dos mil personas según me contaron por ahí (soy muy malo para calcular). Con Quique, de Ciudaevitecos, como invitado en alguna canción fue llegando el final, que le daría paso a la gente de Escuela de la Calle. Pero antes de eso, subirían al escenario Nestor Pitrola, Altamira (ambos del PO), gente de la comisión del Garrahan y músicos a dar demasiados discursos, todos cargados del obvio tinte seudo combativo.



Volviendo a lo músical y a Escuela en particular, estos dieron un set algo accidentado, ya que la energía iba y venía en los primeros temas. Lo suyo es el ska fusionado con lo latino, con letras “ala” cumbia villera que hablaban de la droga, la carcel y cosas por el estilo. No desentonaron para nada, pero no fueron para destacar. Por suerte luego llegarían Las Manos de Filippi, que fueron recibidos con muchos trapos de distintos barrios y con todo el público a su favor y esperándolos. “Los metodos piqueteros” fue el tema con el que comenzaron su show en el que habría mucha energía, mucha arenga, mucha política y por suerte mucha música. “La puntera rosa”, “Preso de tu sociedad”, “Que linda mañana”, “Cucumelo” (estas dos últimas en un mini segmento de la Agrupación Mamanis), “Whats colours?”, “Cutral Có” fueron solo algunas de un set que concluyó con “Señor Esperanza” (del próximo disco).



Como fue promocionado cuando aún no era un acto político, el sábado pasé “Una tarde a puro rock”. Estuvo bastante bueno a pesar de que el discurso de algunas bandas cada vez suena más “combativo al pedo” por la falta de ideas y la necesidad de tener siempre un enemigo al que enfrentar.



Lo bueno: el hecho de haber podido ver a varias bandas, un sábado por la tarde y gratis.

Lo malo: tener que soportar el exceso de politiquería y ver como Altamira y Pitrola intentan usar al rock y a la juventud.

Lo tierno: una nena en brazos de una madre que al grito de “Cabra”, pedía “La pantera rosa”.

Lo violento: Promediando el set de Las Manos hubo dos peleas entre la gente provocadas por el exceso de alcohol y sustancias varias.

Lo bizarro: como suele suceder, en las primeras bandas se pudo ver a un cincuenton ebrio intentando bailar al son de la música.

Lo bueno II: la cantidad de bellas mujeres que había en el lugar.

Lo malo II: Las caras de los vecinos cuando se daban cuenta que uno iba al recital. Escuche a una de señora quejandose por “los negros de mierda que vienen a hinchar las bolas”.

Lo rico: las facturas de la panaderia que quedaba a mitad de cuadra cruzando las vías del FFCC.

Lo feo: el chori de uno de los puestos de la estación de trenes.

Lo malo III: llegar al subte cuando el último subte se acaba de ir.



Aníbal Levaggi